No solo los alimentos tienen fecha de caducidad, este complejo año con subidas incesantes en precios de suministros como luz, gas… junto con las subidas en precios de transportes. Esto se ha transformado en un incremento constante del coste de nuestras materias primas, ha creado un fenómeno peculiar como son los Precios con fecha de caducidad.

Y es que estamos viviendo la paradoja de asistir a ferias o visitar clientes sin tener precios de venta, solamente el catalogo con los productos. Y si el cliente esta interesado se le prepara una cotización de precios, pero con una validez de entre 1 y 4 semanas. Estos plazos dependiendo de nuestra capacidad para almacenar materias primas o de la mayor o menor dependencia de suministros como el gas o la electricidad (https://www.niusdiario.es/economia/consumo/encarecimiento-luz-no-tiene-fin-gas-seguira-caro-todo-2022_18_3250549699.html) , esto evidentemente depende de nuestro producto y sector.

Pero tiene otro problema añadido, es el coste por la cantidad de tiempo que estamos dedicando a preparar tarifas y sacar cotizaciones. Si tenemos amplios catálogos, las horas (y por tanto el coste de oportunidad) que están dedicando nuestro personal a esta tarea es astronómica.

Mal de muchos consuelo de tontos… afortunadamente es algo que estamos sufriendo todas las empresas. Los clientes ya se han acostumbrado a trabajar bajo estas premisas, teniendo que esperar a que se les pase el precio y a tener que correr en la toma de decisiones de compra para evitar subidas de este.

Conclusiones

Parece que esta situación se prolongara en el tiempo al menos 1 año más. Por lo que mi recomendación es la previsión en compras, realizando acopio de material revisando nuestras cifras de ventas de este ejercicio. Debemos intentar realizar previsiones de ventas preguntando a nuestros clientes por sus estimaciones, ofreciéndoles incluso contrato de compra para todo el 22 pero con fechas escalonadas de servicio que nos ayude con nuestra programación en producción y la contención de costes.