Cuando hablamos de resolución de conflictos y de negociación, normalmente estamos pensando en situaciones que se puedan generar con proveedores o clientes, pero nunca nos hemos centrado en los conflictos que se generan dentro de nuestro propio equipo o empresa y que pueden acarrearnos serias consecuencias para la viabilidad de nuestro proyecto, además de proyectar una mala imagen a terceros, que puede afectar a la confianza que estos depositan en nosotros. Por eso es muy importante evitar los conflictos dentro de nuestro grupo de trabajo.

Todos recordamos noticias en las que un miembro de un partido político abandona su grupo por diferencias con la dirección, y a consecuencia de esto, pierden el gobierno, el Ayuntamiento,… Se genero un conflicto dentro del grupo, no fueron capaces de resolverlo y genero la peor de las consecuencias.

Dentro de las empresas también ocurre esto, podemos perder talento que se marchen a la competencia, o aún peor, quedarnos con trabajadores desmotivados que empeoran la productividad de nuestra empresa, o incluso puedan sabotearla.

El mensaje esta claro, tenemos que hacer frente y cuanto antes a este tipo de situaciones, el tiempo es un factor clave, ya que un problema pequeño, si lo dejamos sin resolver pensando que no tiene importancia, se puede convertir en un problema sin solución, ya que todo depende de la perspectiva, para la otra parte si puede ser importante.

El segundo lugar, debemos darle el peso real que tiene ese conflicto, trasmitirlo a las partes afectadas y tener la suficiente creatividad para encontrar una solución que satisfaga a todas las partes, para que nuestra productividad y nuestra reputación ante clientes y proveedores no se resienta por estos incidentes.

Si lo pensamos bien, en la vida real, todos los días nos enfrentamos a conflictos de diferente índole, seamos valientes, afrontémoslos y resolvámoslos para que nuestro equipo funcione a la perfección y obtengamos de ellos la máxima rentabilidad posible.