Estancamiento Comercial
Posted on 8 octubre, 2018
Es rara la empresa en la que, a pesar del crecimiento en ventas, no se produce un Estancamiento Comercial; puede parece paradójico, o sin sentido lo que acabo de escribir, pero no lo es.
Me refiero al Estancamiento Comercial al momento en el que bien por crecimiento en la cifra de las ventas de nuestros clientes, se produce una relajación comercial de nuestro equipo, porque los retos se van cumpliendo, y no precisa de buscar nuevos clientes, o porque estos clientes por el incremento en la cifra de negocio, nos exigen más tiempo que no tenemos para dedicar a buscar nuevos clientes.
El problema que puede tener esta situación a medio plazo, es una excesiva dependencia de nuestra facturación de unos pocos clientes, que en caso de perder alguno de estos, puede comprometer seriamente la viabilidad de nuestra empresa, sino tenemos un cliente alternativo.
Este Estancamiento Comercial también se puede producir en empresas en las que las ventas se han ido reduciendo poco a poco, año tras año, y la dirección de la empresa o nuestro equipo comercial no ha sabido reaccionar a tiempo, o por agotamiento se han ido conformando con menos ventas, ajustando sus costes a sus ventas. En este caso, el final creo que vosotros os lo podéis imaginar.
En ambos casos debemos ser capaces de destinar una mañana o una tarde a la semana, a la búsqueda de nuevos clientes, todos sabemos lo que cuesta conseguir cerrar una venta con un cliente desde que hacemos el primer contacto (ya no os digo desde que empezamos a buscar esos clientes potenciales), con lo que tener este trabajo adelantado, puede significar la vida o la muerte de la empresa ante una situación excepcional como es la perdida de clientes importantes.
Ya se que estaréis pensando, “yo desgraciadamente no puedo hacerlo, del día a día me absorbe y es que no puedo”. Son solo excusas, marcarlo en vuestra agenda semanal como si fuera otra reunión más, o buscar apoyo en empresas externas para que os ayuden con esta tarea, y recordar que esas tres horas a la semana pueden salvaros en un futuro no tal lejano.
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