Esta semana os hablo de lo que parece se va ha convertir en el futuro del mundo y de nuestra sociedad. Por eso hago referencia en el titulo a la película Regreso al Futuro. Y es que hemos tenido que sufrir una guerra en nuestro continente para darnos cuenta de lo globalizado que están los mercados y la sociedad.

Porque quien se iba ha imaginar que un tubo (Gaseoducto) que sale de Rusia y pasa por Ucrania, acababa en la caldera de nuestra casa, en los hornos de nuestras panaderías y en tantas industrias de las que depende nuestro día a día.

Además ese famoso gas, marca el precio de la electricidad que consumimos. Da igual si conduces un coche eléctrico, glp (gas) o gasolina. Todos han subido, toda nuestra vida ha subido en apenas dos semanas. Y eso trasladado al sector industrial, implica unas subidas desproporcionadas a los costes de transporte; que ya eran altos antes de la guerra. Y hace que los productos que no son de primera necesidad, son muy difíciles de importarlos o exportarlos, habiéndose estancado muchos sectores de nuestra maltrecha económia.

Y es aquí donde retomo el titulo del blog, Regreso al Futuro. Parece que nuestro futuro a corto plazo esta vinculado a compras internas o de países próximos para reducir el impacto del transporte en el producto y contener la inflación. Y también esta vinculado a replantearnos fuentes de energía de las que queríamos deshacernos, como la energía nuclear, el petróleo o el gas (os acordáis de la planta “Castor” en Tarragona). Para conseguir reducir nuestra dependencia energética de terceros países, y frenar la temida Estanflación. 

Debemos Plantearnos

Debemos plantearnos, por una parte, nuestra estrategia comercial, pensando en países que están saliendo reforzados de esta situación. Bien por la fortaleza de su moneda o bien por la poca o nula dependencia de los factores que se han visto alterados por la guerra; como es Estados Unidos.

A nivel país, debemos estimular el cultivo en el sector primario de productos como cereales, y para estimularlo debemos hacer crear suministros profesionales competitivos (gasóleo, gas, electricidad) en precio de verdad, y al que puedan tener acceso sectores básicos (agricultura, pesca, transporte, industria,…) para que nuestra economía despegue.

Y por otra parte, debemos empezar a mirar a nuestro alrededor para “descubrir” proveedores que siempre hemos tenido cerca, pero que no hemos trabajado con ellos porque eran “caros” y ahora que han cambiado las reglas del juego se han convertido en competitivos, a lo que suman la inmediatez en servicio, por no tener que soportar largos periodos de transporte.

En Resumen, nuevos tiempos, nuevas reglas, que nos obliga por enésima vez a adaptarnos al cambio, o a morir.

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